Les dijimos que un morocho hoy dormía en una cama, en un hogar... hoy les develamos el misterio, como prometimos. ¿Lo reconocen? Siiii, no se equivocan!!! Es Moro! Nuestro gordote, tímido, y peludón!!!
Moro llegó víctima de un señor que disfrutaba de "jugar" al tiro al blanco con los gatitos. Morito tuvo que ser internado, y operado. Este trágico
episodio lo llevó a desconfiar
de todo y de todos, y así Moro ingresó al salón gatuno. Un año entero nos
llevó acercarnos al gordo pero lo logramos. Tod@s l@s voluntari@s le dedicamos tiempo, mimos, palabras, para sociabilizarlo... y lo fuimos logrando!!! Cuando la cosa venía
encaminada, el pobre Morito sufrió un nuevo imprevisto y tuvimos que
operarlo de urgencia de los intestinos. Para evitar un retroceso,
cualquier problema post quirúrgico o un bajón por tanto stress, Laura y
su mamá Elena ofrecieron un tránsito para cuidar al morocho. Un tránsito
que era momentáneo... y que con mucha paciencia se convirtió en
definitivo. Moro no tuvo que volver a una jaulita, fue acogido en una
casa que con el tiempo terminó siendo su hogar. Moro llegó para
quedarse. Hoy tiene 2 hermanos gatunos, con los que poco a poco se van aceptando, le cantan, lo miman, y en resumen... es el consentido de la casa. No podemos estar más felices :) :) :)
Gracias a quienes se pusieron al hombro la
evolución, el cuidado, la sociabilización y la salud del bombonazo. Gracias a todo el salón, a todas las voluntarias (y voluntario), a las colaboradoras que siempre preguntaron por él.... y lo principal, por supuesto, GRACIAS a Laura, a
Manglio y a Elena por los cuidados, por elegirlo y por adoptarlo. QUE
SEAN MUY PERO MUY FELICES! Los días callejeros quedaron atrás, hoy todo es amor, mimos, y ¡hasta ronroneos! Aguante Moro!!!
¡MORO ADOPTADISIMO!
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