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20 de septiembre de 2012

Kike, el gatito que cayó del cielo

Un sábado al mediodía, un par de meses atrás, cuatro voluntarias de Gatitos de la Sarmiento (Agos, Barbie, Liza y Mikki) estaban almorzando juntas. De repente, entre charlas y risas, una de ellas vio por la ventana algo que caía desde arriba y todas escucharon un golpe seco. Se acercaron a mirar y notaron que en el patio interno del vecino había un gato. Ese gato resultó ser de la vecina de Liza. 

Liza bajó a buscarlo y cuando llegó se encontró con una sorpresa: había otro gato y estaba ensangrentado. Aparentemente había caído desde uno de los techos.

Como el gatito no era de nadie y estaba en muy malas condiciones, las cuatro lo llevaron a la Clínica Buenos Aires donde quedó internado un tiempito. Kike tenía el paladar fracturado y la nariz y la boca inflamadas por el golpe.

Más allá de esa terrible caída, su estado general era dentro de todo bueno, así que le dieron el alta pronto y automáticamente empezó a formar parte de Los Gatitos de la Sarmiento.

Al principio este hermoso gatito no podía comer alimento sólido así que los voluntarios hicieron un trabajo de aquellos dándole de comer alimento blando en la boca y agua con jeringas, limpiándolo y llevándolo a controles. Y de a poco, Kike empezó a moverse un poquito, a maullar, y a comer y a tomar agua solo. ¡Un gran logro producto del amor!

Pero no todo fue tan sencillo. Durante ese período en el que Kike mejoraba en muchos aspectos, también tuvo que visitar muchas veces a su traumatólogo y estuvo súper congestionado (producto de un golpe en el tórax) así que hubo que medicarlo y nebulizarlo.

Pero a esta altura ustedes ya conocen a los voluntarios de Gatitos de la Sarmiento, ¿no? Más duras se ponen las cosas y más fuerza sacan ellos para ayudar a nuestros felinos para sacarlos adelante.

Y fue así: lo mimaron, lo alimentaron con lo mejor (pese a que los productos especiales son mucho más costosos), lo medicaron, lo nebulizaron, lo llevaron al vete y lo llenaron de amor, mucho mucho amor. 

Hoy el golpe en el tórax está mejorando y muy pronto se le realizarán placas para ver si desapareció el hematoma. Si no resulta de esa manera, habrá que drenarlo. El paladar va cerrando pero muy de a poco y tiene un pequeño agujero que no está soldando, razón por la cual va a necesitar cirugía. 

De todas maneras, Kike definitivamente está mejorando. Ya come balanceado mezclado con alimento blando y con Recovery, y respira bastante mejor. Su ánimo es otro: pide mimos, upa, pasea y se está convirtiendo en un flor de gatazo. 

Si querés ayudar a Kike en su recuperación, escribinos a gatitosdelasarmiento@gmail.com


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